El Gobierno controla hasta lo cotidiano
El Estado omnipresente se percibe en la calle, en los medios y en otros aspectos rutinarios (Archivo/Gil Montaño) | |||
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GIULIANA CHIAPPE
EL UNIVERSAL
El crecimiento reciente del Estado, y en concreto del Gobierno, supera el del simple tamaño del aparato burocrático: se ha tornado omnipresente. Sus poderosos tentáculos han logrado encajarse hasta en los aspectos cotidianos de la vida ciudadana.
Entre los controles más importantes que ejerce el Gobierno y que afectan al ciudadano común se encuentran los accesos a los recursos y a la información. En la reforma constitucional propuesta por el Presidente y por la Asamblea Nacional, se refuerza la omnipresencia presente en la práctica y consolidan la presencia del Estado-Gobierno en aspectos que deberían pertenecer, casi en exclusiva, a la sociedad civil.
Ewald Scharfenberg, director ejecutivo del capítulo venezolano del latinoamericano Instituto de Prensa y Sociedad, observa este fenómeno en los medios de comunicación, que "deberían ser tan plurales como la sociedad". No lo son. A través de propiedad directa o de inyección de capitales a trav´és de la publicidad, el Gobierno domina varios medios de comunicación.
"El sector comunicacional está, en la actualidad, colonizado por un Gobierno que no es débil sino, por el contrario, poderoso tanto en recursos económicos como políticos. En éste y en todos los aspectos se observa un paroxismo, una avidez del Estado por estar presente en espacios que deberían ser dominados por la sociedad civil", enfatiza Scharfenberg.
También es un Estado-Gobierno que maneja casi absolutamente los servicios básicos, como la electricidad y la telefonía, además de ser, ahora, el principal proveedor venezolano de Internet.
Para Scharfenberg, el objetivo de la reforma constitucional es cuidar al Estado-Gobierno más que a los propios ciudadanos. Uno de los artículos que se han propuesto y que son más claros en este sentido "sobreprotector" es el polémico 337, que pretende restringir, entre otros, el derecho a la información en situaciones de emergencia o que el Ejecutivo pueda considerar de desestabilización.
"Aunque no existe ningún artículo que lo aclare específicamente, la intención es impedir el libre acceso a la información. El propuesto artículo 337 revela el espíritu de supervivencia del Gobierno y por ello tiende a abolir ciertos derechos en contra de los ciudadanos. En ese sentido, un Estado que se protege tanto resulta muy impermeable al escrutinio público y se opone al principio de la libre información que precisamente busca que la ciudadanía supervise y evalúe las gestiones del Estado".
Scharfenberg utiliza una expresión demoledora para referirse a esta omnipresencia provocada: "Es una especie de metástasis del Estado en toda la vida cotidiana". Y pone un ejemplo tan mundano como un pan canilla: "Es que todo parece girar en torno a las decisiones del Presidente, hasta el pan, y algo que ha sido tradicional en la alimentación del venezolano, como es una canilla de panadería, ahora va a alterar su sabor porque añadirán a la mezcla arroz y maíz". Sólo un caso para ilustrar el control del Estado hasta en lo más cotidiano.
La omnipresencia del Estado puede ser sutil o fusionarse con la rutina, hasta el punto de parecer natural.
Los consejos comunales son una forma de control comunitario que queda establecida en el proyecto de reforma constitucional. Sin embargo, pese al alto poder que se les atribuye a estos entes, su actuación también queda supeditada al Gobierno que les otorga las partidas financieras según cada proyecto presentado. El hecho de no asignarles un presupuesto fijo para su propia administración, los hace dependientes del Ejecutivo en lo que acceso a recursos económicos se refiere. Forma parte de la paradoja de otorgar poder popular pero sin autonomía.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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