LO QUE SE ESPERA DE LOS POLÍTICOS
POR EL SENADOR CARLOS CANTERO
Durante el siglo XX primó la dicotomía entre el Estado y el mercado. La política y los gobiernos se movían en ejes de izquierda y derecha, entre un extremo y el otro, con visiones polares y excluyentes. La emergencia de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, han abierto nuevas formas y espacios de participación, surgiendo la Sociedad Civil como tercer elemento, para equilibrar esta ecuación de la gobernabilidad.
Quizás uno de los desafíos más atractivos de los partidos políticos, sea articular la expresión “Sociedad Civil”, la que tiende a organizarse segmentadamente en torno a materias específicas, muchas veces convocando una gran diversidad de intereses con gran transversalidad política. Lo importante de esto es que a la gente le interesa saber cómo la política y los políticos pueden mejorar su calidad de vida, la relación mental de las personas con lo público es el acceso a beneficios. El ciudadano moderno no quiere ceder su papel protagónico en la determinación de políticas públicas a ningún otro actor, reclama ser considerado y respetado y eso, inclina la balanza electoral.
La política como la democracia tiene temas recurrentes: demandas por una mejor redistribución del ingreso, mayor igualdad de oportunidades, sentido solidario, vigencia de la democracia, políticas de género, medio ambiente, equidad en la educación, salud, seguridad social, descentralización, mayor transparencia, etc. Por muy serias que puedan ser las propuestas que exponga el programa de un partido político, el rol de recoger las percepciones aspiracionales del elector son determinantes en una elección.
La sociedad civil emerge con sus nuevas características frente a una creciente tendencia hacia la individualización, lo que se entiende como un paso en el proceso de afianzamiento de la libertad de acción y decisión de cada persona y sus ligaduras sociales. Parece del caso asumir una postura política respecto de esta aparente diferencia entre lo social y el individualismo, o dicho de otra manera, conjugar el yo y el nosotros, cuestión que en la ciudadanía pareciera tener una importante incidencia. En el mundo global se trata de dar una señal clara en respuesta a esa sensación de desamparo o inseguridad de las personas frente a un modelo, lo que tiene mucha lógica, considerando el volumen de negocios de algunas, que supera el Producto Interno Bruto de muchas naciones y que la decisión de uno de estos conglomerados pone en jaque a naciones enteras.
En los nuevos tiempos una mezcla de idealismo y cambio en el marco de nuestra doctrina, será el camino para el encuentro con el éxito. Nunca podemos perder de vista que el ejercicio del liderazgo radica en la dicotomía entre lo que el partido y sus actores piensan que debe ser el futuro del país y, hacia donde quieren ir los votantes. Una idea popular frente a una situación impopular que afecta a la ciudadanía.
Debemos dejar de lado el determinismo económico y enfocarnos en las necesidades sociales de nuestros electores, centrando siempre nuestra acción y mensaje en propuestas sociales para mejorar la calidad de vida de una persona media. En política las cosas van mejor cuando se opta por ayudar a otros y no por ayudarse a sí mismo, ya que se genera una sinergia de beneficio mutuo. El electorado quiere políticos que hablen desde el marco aspiracional de las personas y no desde su propio mapa mental.
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